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Estuvo 37 horas a la deriva en un bote en el mar Egeo, al norte Grecia , pensando en que tal vez nunca sería encontrada, Como único, la mujer de 45 años, sólo tenía una bolsa de caramelos que tuvo que racionar.

Además, trató de protegerse del frío con algunos plásticos que había en la lancha, se puso en la cabeza una bolsa de color rojo y utilizó un cristal para simular un espejo de señal y resultar más visible a barcos cercanos.

Su agonía termino 37 horas después cuando la guardia costera griega la encontró a 101 kilometros de la isla de Creta, la mujer fue traslada al hospital donde recibió tratamiento por deshidratación. Según relataba un periódico griego.