“La perdida de Hamza bin Laden, no solo deja a este grupo al Qaeda sin un liderazgo y una conexión simbólica con su padre, sino que además limita y disminuye las actividades operacionales del grupo”, dijo el mandatario en una comunicado emitido por la Casa Blanca.
En los pasados meses, varios medios locales habían reportado, citando a fuentes de inteligencia, la muerte del hijo de Osama bin Laden, informando que esta había ocurrido por lo menos en los últimos dos años en una operación en la frontera entre Pakistán y Afganistán.
Al Qaeda y Osama bin Laden fueron señalados como los responsables de los ataques perpetrados el 11 de septiembre de 2001 en contra de varios puntos de Estados Unidos, incluidos el Pentágono y las Torres Gemelas en Nueva York.
El secretario de Defensa de EE.UU., Mark Esper, había confirmado hacia finales de agosto la noticia, diciendo que “él entendía” que Hamza bin Laden, estaba muerto, pero ni Trump ni otros altos funcionarios habían confirmado su muerte.