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 Ronaldinho, el astro del fútbol mundial,  tiene 30 días preso en una cárcel de máxima seguridad de Asunción, entre homicidas, violadores, falsificadores y narcotraficantes, el brasileño pasa sus días   jugando en torneos de fútbol y fútbol-vóley como un recluso más.

Aquel jugador que ganó el balón de oro en 2005, hoy es un recluso más, el presidente de Brasil  Jair Bolsonaro, intento ayudarlo para que fuera liberado, luego de ser apresado con un pasaporte falso,  tras una investigación en la que hay 16 imputados y en la que la Fiscalía de Paraguay  investiga a una organización criminal acusada de haber blanqueado 400 millones de dólares durante el último lustro.