En el auditorio Plutarco Elías Calles, por unanimidad, los consejeros priistas decidieron no aceptar que el INE realice la elección interna debido al alto costo económico que cobraría dicho instituto que puso como condiciones el pago de 230 millones de pesos a liquidarse en septiembre, ya que ese gasto pondría en riesgo las deterioradas finanzas partidistas.
Además que la autoridad electoral condicionó al PRI a contar con una depuración del padrón electoral que esta en proceso y cuya conclusión implicaría la realización del proceso interno hasta el año 2020 con una fuerte limitación de la militancia que no ha refrendado su afiliación.
De esta manera, será la Comisión de Proceso Internos del tricolor la que organice la elección de la nueva dirigencia nacional para el próximo 8 de septiembre y cuyos aspirantes Ivonne Ortega, Ulises Ruiz, José Narro, Alejandro Moreno, José Ramón Martell y Lorena Piñón estuvieron de acuerdo.
La presidenta nacional del PRI, Claudia Ruiz Massieu, pidió a los aspirantes no generar división y que después de la elección interna haya unidad y cohesión en el partido. Por su parte, se comprometió a generar condiciones de equidad para que haya una contienda justa e imparcial.
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