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En los últimos meses una ola de tiroteos ha amenazado la seguridad de la población en Estados Unidos, ya no importa la hora ni el lugar, en todo momento los ciudadanos de Estados Unidos están expuestos quedar en medio de las balas.

 

Un supermercado de Duncan en Oklahoma fue el escenario de un tiroteo  donde murieron al menos tres personas, el  jefe de policía Danny Ford, declaró que dos de los fallecidos se encontraban en un coche fuera del local comercial y la tercera víctima estaba en el aparcamiento, este suceso se suma al ocurrido en la madrugada del domingo en el patio trasero de una casa en Fresno, California donde un sospechoso disparó a un grupo de gente que veía un partido de fútbol americano dejando cuatro muertos y seis heridos.

 

Ambos tiroteos dejaron al menos siete muertos y varios heridos en un lapso menor a 48 horas entre ambos tiroteos.

 

En lo que va del año se han registrado 371 tiroteos en el país vecino, incluso si ya no se registrará ningún otro tiroteo en lo que resta del año, se cerraría con un promedio mayor a un tiroteo diario, la situación es preocupante y los grupos en pro de una reforma para legislar el uso y venta de armas en al país comienzan a ganar cada vez más fuerza.