Informó el viernes el Departamento de Estado, Washington suspendió “hasta nuevo aviso” el servicio y dio 45 días de plazo a las compañías American Airlines, JetBlue y Delta para interrumpir sus operaciones ya programadas en nueve de los 10 destinos a los que volaban en la isla.
De acuerdo al gobierno de Donald Trump, la medida se tomó “para evitar que el régimen cubano se beneficie de los viajes aéreos estadounidenses” y evitar que se use “para financiar su represión contra el pueblo cubano y su apoyo a Nicolás Maduro en Venezuela”.
Los vuelos chárter, que tradicionalmente dominaron el mercado de viajes a Cuba desde EE.UU., no se verán afectados por la medida.
El gobierno de Cuba condenó “enérgicamente” la medida y consideró que atenta contra las libertades de los estadounidenses.