Las lluvias récord provocaron 41 muertos y una advertencia de emergencia por inundaciones repentinas sin precedentes para la ciudad de Nueva York, convirtiendo las calles en ríos y provocando el cierre del Metro, en donde el agua caía en cascada sobre muchas estaciones.
Autoridades prevén que la cifra de muertos aumente; cuerpos de bomberos han rescatado a cientos de personas que quedaron atrapadas dentro de automóviles que fueron arrastrados por las aguas. Un total de 11 muertos de entre 2 y 86 años estaban en sótanos de los que no pudieron escapar.
Nueva York y Nueva Jersey declararon estado de emergencia, mientras que el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) emitió alerta por inundaciones repentinas en la Gran Manzana; el NWS registró 80 milímetros de lluvia en Central Park en sólo una hora.