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Lo cierto es que con la pansa llena, el hombre fortalece la atención, por eso el dicho popular es falso. Sentimos hambre o saciedad según los estímulos que ejercen ciertas sustancias o su carencia.

 

La falta de azúcar, por ejemplo nos lleva a una situación de hipoglucemia que estimula al hipotálamo lateral y nos induce a comer.

 

Sin embargo en tiempos pasados, gran parte de la población no podía cubrir su necesidad primaria (Alimentarse) por ello parece lógico que la atención se centre en otras actividades, excepto en pensar en comer y que todo lo demás pase a ser secundario.

 

Ahora, ya lo sabes ¡Pansa llena, corazón contento!