El Papa Francisco, publicó un decreto que ordena mayor control de las finanzas, cuentas bancarias y fondos de inversión en el Vaticano.
Con la nueva disposición, que entra en vigor el 1 de enero, la Secretaría de Estado, la principal dependencia de la administración vaticana, pierde facultades.
El organismo deberá renunciar a la gestión de sus fondos, inversiones e inmuebles y someterse a la supervisión de otras dos oficinas económicas.
A partir del 1 de enero de 2021, la titularidad de los fondos y cuentas bancarias, las inversiones muebles e inmuebles, incluidas las participaciones en sociedades y fondos de inversión, hasta ahora a nombre de la Secretaría de Estado, se transfiere a la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, que se encargará de su gestión y administración, explicó el documento.
Además, los recursos estarán sujetos a control por parte de la Secretaría para la Economía, que desempeñará la función de Secretaría Papal para temas financieros.