La tercera ola que azota a México, impulsada por la variante Delta, mantiene en vilo a la población, que revive el miedo por los contagios, la saturación de algunos hospitales y la muerte de seres queridos, mientras el Gobierno trabaja a contrarreloj para acelerar la vacunación.
La vacunación ha sido el estandarte del Gobierno mexicano, que ha insistido que ésta tiene un efecto muy protector y, en palabras del Presidente Andrés Manuel López Obrador, “salva vidas”.
Para las autoridades sanitarias, gracias a la vacunación de los más mayores, la mortalidad de esta ola es 77% menor a la del primer pico de julio de 2020 y 87% al segundo pico de enero pasado.
Es por ello que en las últimas semanas han hecho un esfuerzo por acelerar la inoculación y hasta aseguran haber vacunado al menos con una dosis a 48 millones de los 126 que habitan en el país.