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Eréndira Guerrero, de 55 años, pasó de coser cubrebocas a confeccionar osos de peluche con prendas de quienes fallecieron por COVID-19 para ayudar a los deudos a superar el duelo.

“Mi interés es poder ayudar a las personas a que cierren su ciclo, que (…) de inicio lo vean como su familia, como un pedacito de algo de su familia, que les ayude a sanar”.

Contó Guerrero a AFP en su taller de Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos

“Una vez que ya les entregas la pieza, se hace un vínculo muy especial porque la persona cambia totalmente, toca su fibra“, agrega. 

Guerrero, quien no puede evitar quebrarse cuando realiza las entregas, advierte que su intención es que con el tiempo el muñeco solo sea visto como un objeto. 

Para ella, son un apoyo importante pues las familias de las víctimas del coronavirus no pueden despedirlas al salir éstas directamente de los hospitales a los crematorios o los cementerios.