fbpx

Un cuarto grupo de 800 migrantes,  fue interceptado en el poblado fronterizo de Huixtla, en Chiapas, por cientos de elementos de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración (INM), quienes se encargaron de dispersarlos.

Poco antes del amanecer, los centroamericanos, haitianos, venezolanos y cubanos, quienes dormían sobre una cancha de baloncesto, fueron rodeados por las autoridades mexicanas.

En minutos, los funcionarios del INM, resguardados por agentes de la Guardia Nacional, se abalanzaron sobre los extranjeros, entre los que había menores, y en medio de un fuerte forcejeo y gritos los detuvieron e introdujeron en camionetas. Otros migrantes escaparon hacia un río y se perdieron entre la vegetación.