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Francia será el primer país europeo en volver al confinamiento domiciliario este viernes para contener la incesante propagación de COVID-19, según ha anunciado el presidente, Emmanuel Macron, en un mensaje televisado a los franceses. El segundo confinamiento nacional durará como mínimo hasta el 1 de diciembre, pero será diferente al aplicado durante la primera oleada de la pandemia.

Los centros educativos y lugares de trabajo seguirán abiertos, aunque se recomienda el teletrabajo, y las residencias podrán recibir visitas. En cambio, los establecimientos no esenciales, como bares, restaurantes, museos o teatros permanecerán cerrados durante el próximo mes.

El confinamiento de las próxima semanas será menos estricto que el decretado durante ocho semanas en marzo. En concreto, los franceses podrán salir de casa únicamente para acudir al trabajo, guarderías, escuelas o institutos, donde se reforzarán los protocolos sanitarios, mientras que las universidades y otros centros de enseñanza superiores recurrirán a la educación online.