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El Papa ha mostrado este jueves su preocupación por el conflicto entre Irán y Estados Unido,  en su tradicional discurso al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede. Frente a los embajadores de los 183 países con los que el Vaticano mantiene relaciones, Francisco, afirmó que “desgraciadamente, el Año Nuevo no parece estar marcado por signos alentadores, sino por una intensificación de las tensiones y la violencia”. 

El Pontífice repasó en su discurso todas las etapas de sus viajes apostólicos y algunos de los asuntos internacionales en los que la Santa Sede se ha involucrado este año. Pero el capítulo de la reciente crisis entre Irán y EE UU, surgido a raíz del asesinato en Bagdad por parte de las fuerzas armadas estadounidenses del general Qasem Soleimani, tuvo una mención destacada. “Son preocupantes las señales que llegan de toda la región, después del aumento de la tensión entre Irán y Estados Unidos, que amenazan con poner en riesgo ante todo el lento proceso de reconstrucción de Irak, como también crear las bases de un conflicto a mayor escala que todos desearíamos poder evitar. Por lo tanto, renuevo mi llamamiento para que todas las partes interesadas eviten el aumento de la confrontación y mantengan encendida la llama del diálogo y del autocontrol, en el pleno respeto de la legalidad internacional”.

El Papa, además, hizo un llamamiento a los líderes políticos de estos países para que “se esfuercen por restablecer con urgencia una cultura del diálogo” y refuercen “las instituciones democráticas y promuevan el respeto del Estado de derecho, con el fin de prevenir las desviaciones antidemocráticas, populistas y extremistas”.