fbpx

En las calles no hay rastro de mascarillas ni pases sanitarios. Las oficinas recobran actividad y los conciertos aúnan a decenas de miles de espectadores. Dinamarca despidió las restricciones por el COVID-19 y vuelve serenamente a la vida de antes.

Ahora, con unos 500 casos diarios y una tasa de reproducción del virus de 0.7, las autoridades danesas consideran la epidemia controlada.

“El día a día vuelve a ser a grandes rasgos el mismo, pero eso no significa que no haya peligro en el horizonte”. Ministro de Salud, Magnus Heunicke.

Entretanto, seguirán de cerca el número de hospitalizaciones y secuenciarán minuciosamente las muestras del virus para controlar su evolución. Además, desde el jueves, ofrecen a los colectivos más vulnerables una tercera dosis de la vacuna.

Aunque dentro de Dinamarca la vida vuelva a la normalidad, para entrar a este país escandinavo seguirá siendo obligatoria la presentación de un pasaporte sanitario o un test negativo.