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La pérdida de 400 dosis de la vacuna rusa Sputnik V contra el virus del SARS-CoV-2 causante de Covid-19, en Argentina, debido a problemas con la refrigeración, no se trató de un accidente, sino de un “posible atentado”, refirieron las autoridades de Buenos Aires.

“En un momento de la madrugada del lunes se corta la cámara que está enfocando el termómetro y se pierde la temperatura azul –que marca el frío–. Evidentemente algo ahí se ha manipulado”, afirmó el director de hospitales bonaerenses, Juan Sebastián Riera, en entrevista con Radio 10.

El caso ocurrió en el Hospital Oncológico “Luciano Alfredo Fortabat”, en la ciudad argentina de Olavarría. Ahí llegaron 450 vacunas y solo 50 fueron administradas al personal de salud de la localidad y las demás fueron almacenadas en ese nosocomio mientras pasaba el Año Nuevo.

Sin embargo, el 4 de enero, cuando se quiso retomar la vacunación notaron irregularidades y comenzó la investigación sobre un posible sabotaje.