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Tampoco se trata de que tu pareja sea el equivalente a un cajero automático, ante las recientes tendencias de equidad e igualdad de género está permitido ser tu quien lo sorprenda. Pero, ¿Te imaginas que tu reciente esposo se niegue a comprarte un sándwich?

Eso fue lo le paso a Sameeha, quien conoció a Ahmed y dos meses después ya estaban en la ceremonia de matrimonio. El primer día después de oficializar su unión, Ahmed le dijo que no le gustaba salir porque lo consideraba una pérdida de tiempo. No era un magnate pero ganaba buen dinero, sin embargo se acostumbró a una forma de vida sumamente austera.

La psicóloga Luz María Arbeláez, afirma que las personas tacañas percibieron carencia de afecto durante la niñez. El comportamiento excesivamente cuidadoso con el dinero no depende de los ingresos de la persona sino que se trata de un rasgo de la personalidad que se ha producido desde la infancia.

Regresando a la historia de Sameeha y su esposo tacaño. Ella afirma que a los 40 días convenció a Ahmed de salir a tomar algo y cuando le pidió el sándwich él respondió que sólo habían ido a tomar algo, no a comer. Sameeha, se indignó tanto que al día siguiente interpuso la demanda de divorcio contra  Ahmed, quien en el  primer enfrentamiento alegó que la mujer solo quería usarlo para que él le comprara cosas.

¿Soportarías algo así?