El caso protagonizado por este profesional causó conmoción a comienzos de año en el inicio del programa de vacunación contra la covid y cuando EE.UU estaba registrando un elevado número de infecciones y muertes por la pandemia. Brandenburg, farmacéutico que ejercía en la ciudad de Grafton, retiró cientos de dosis de la vacuna Moderna de los refrigeradores del centro médico en el que trabajaba con la intención de arruinar su efectividad, según su propia declaración de culpabilidad que firmó en enero, cuando se descubrió el suceso.
El acusado, de 46 años, fue sentenciado el martes a 36 meses de prisión seguidos de tres años de libertad condicional. También se le ordenó pagar aproximadamente unos 83.800 dólares de indemnización al hospital afectado, del grupo Advocate Aurora Health.
El profesional trabajaba de noche y durante una serie de turnos dejó las vacunas durante horas a temperatura ambiente antes de devolverlas a la refrigeración para usarlas en el hospital al día siguiente.
Cincuenta y siete pacientes recibieron inyecciones de la vacuna que Brandenburg intentó sabotear, antes de que los funcionarios descubrieran sus acciones e intervinieran.