Aunque el chile es originario de México y a través de 90 “cultivariedades” le pone sabor al mundo, China es el primer agricultor internacional con más de 16 millones de toneladas; en contraste, nuestro país es el segundo productor internacional con 3 millones toneladas de chiles frescos.
De acuerdo con el Atlas Agroalimentario 2012-2018, elaborado por el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) de la Secretaría de Agricultura, son 123 países los productores de alguna variedad de chiles, de los que México aporta 2 de cada 8 toneladas a la oferta mundial. El principal mercado es el estadounidense, al cual se exportaron en 2017, un millón 53 mil toneladas; adicionalmente, se comercializó en 13 países.
De las 90 variedades que se estima existen de chiles capsicumannuum en nuestro país, los que más se producen son el jalapeño, serrano, morrón y poblano, señaló Araceli Aguilar Meléndez, especialista del Centro de Investigaciones Tropicales de la Universidad Veracruzana.
Araceli Aguilar, destacó que el chile es un recurso natural que descubrieron los antiguos mesoamericanos y que lograron domesticar hasta “tener una planta que representa parte de nuestra identidad como mexicanos”. Añadió que podemos definirlo como un vegetal, porque podemos hacer chiles rellenos, pero también es un condimento porque se le da color y sabor a la comida, pero también tienen una carga espiritual religiosa para muchos mexicanos y también es parte de nuestra cultura. Nos da alegría, forma parte del albur, del lenguaje de doble sentido, tiene usos medicinales, es parte emocional en diferentes planos de la vida de los mexicanos”, comentó.