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China rechazó este viernes los llamados de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para efectuar nuevas investigaciones en su territorio sobre los orígenes del COVID-19, alegando que apoya un enfoque “científico” y no “político” para establecer cómo se inició el virus.

Los primeros pacientes con coronavirus fueron identificados a finales de 2019 en la ciudad china de Wuhan (centro). Desde entonces, el virus se ha extendido por todo el planeta y dejado a su paso más de cuatro millones de muertos hasta ahora y graves consecuencias en las economías mundiales.

Los científicos están luchando por rastrear su origen. ¿Transmisión de un animal? ¿Fuga de un laboratorio chino? Pekín se opone firmemente a esta última hipótesis, ya que no quiere parecer responsable de la pandemia.

Pekín reiteró el viernes que el informe hecho por la OMS en Wuhan era suficiente, pues ya había  descartado la teoría de una fuga de laboratorio y añadió que las solicitudes de datos adicionales tienen motivos políticos ocultos.