China recurre cada vez más a los test rectales para detectar el coronavirus (COVID-19) en sujetos de riesgo y viajeros que llegan del extranjero, un método más fiable pero criticado por quien es sometido al mismo.
En las últimas semanas en algunas regiones de China se han producido pequeños brotes, que llevaron a las autoridades sanitarias a realizar test rápidos y masivos a decenas de miles de personas mediante PCR. Las muestras suelen tomarse de la nariz o la garganta.
Sin embargo, los residentes de varios barrios de Pekín donde se descubrieron contagios recientemente fueron sometidos a un test rectal. El estudio también se está imponiendo a las personas en cuarentena obligatoria en los hoteles, incluidos los viajeros procedentes del extranjero.
China ha logrado frenar en gran medida la epidemia desde principios de 2020 y solo se han registrado dos muertes desde mayo.