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La ayuda a las víctimas del terremoto y tormenta tropical en Haití comenzó a llegar de forma más acelerada ayer, aunque la arraigada pobreza, inseguridad y falta de infraestructura básica de la nación caribeña aún presentan enormes desafíos.

Los suministros de ayuda privada y cargamentos de parte del gobierno de EU y otras naciones estaban arribando a la península sudoccidental del país, donde el sábado azotó un sismo de magnitud 7.2 que cobró más de 2,100 vidas. Pero la necesidad era extrema y empeoró con el paso de la tormenta tropical Grace, por lo que la frustración aumentaba entre la población.

Sumándose a los problemas, un importante hospital de la capital Puerto Príncipe, que recibía a heridos, cerró a causa de una manifestación de dos días en protesta por el secuestro de dos doctores, incluyendo uno de los pocos cirujanos ortopédicos de Haití.