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Mario Guerra
Tanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta
TW: @marioguerra

Las relaciones de pareja se construyen de manera social y, como todo lo social, se requiere estar en disposición de aprender, conocer y muchas veces ceder reprimiendo los impulsos para forjar una buena relación. Una cosa es ligar y otra muy distinta saber quedarse y hacerlo bien en donde ambos encuentran satisfacción dentro de su relación. Habrá quien diga que mejor se queda en soledad para no tener que invertirle, pero la realidad es que el deseo es natural y seguirá llamando a tu puerta. Vale más estar conscientes de algunas cosas en las que hay que invertir, no para disuadirnos, sino para estar dispuestos si queremos empezar y quedarnos en una buena relación.

¿De verdad hay que invertirle a una relación?
Esta pregunta equivaldría a la que nos puede hacer un niño pequeño cuando nos pregunta: ¿de verdad tengo que saludar, pedir las cosas por favor y decir gracias?
Es evidente que nuestra respuesta como padres es “por supuesto que sí”, porque somos seres sociales que conviene desarrollen estrategias de socialización y de convivencia para poder vivir mejor en un entorno social.

¿Qué es lo que necesitamos invertir si queremos que una futura relación sea más satisfactoria para ambos?
Bien podríamos conversar desde que empezamos a salir con alguien y vemos como señales de que eso va para más, qué es lo que quiere, espera, busca o necesita de una relación.
Ya se que algunos dirán que nadie hace esas preguntas y yo respondería que eso ya lo sé, pero justo por no hacerlas entramos a ciegas a las relaciones sin saber que es lo que el otro espera o hasta acabará exigiendo de nosotros en el transcurso de la relación.
Pero en general podríamos decir que hay al menos 5 cosas básicas en lo que necesitamos invertir si queremos empezar y mantener una relación duradera y satisfactoria.

Vas a cambiar algunas de tus rutinas.
Salir de estar soltero para entrar a una relación, marca un cambio significativo en el estilo de vida.
Una relación de pareja no debería ser un pasatiempo al que le dediques atención sólo cuando tienes momentos libres como si fuera algún juego en tu celular (y a veces al juego de celular puede que le dediques más atención).
Parte de lo que puede cambiar pueden ser los fines de semana, los períodos de vacaciones, alguna convivencia con los amigos.
No estoy diciendo que debas renunciar por completo a cosas que te gustan, sino que deberás adaptar tus rutinas actuales que ya tienes tan acomodadas para hacer un lugar importante a tu relación de pareja.
Muchas personas cuando están en una relación se quejan de que su pareja quiere seguir haciendo vida de soltero.

Vas tener que compartir tu mundo interior.
Esta puede ser una de las más complicadas para muchos.
Compartir tu mundo interior significa que tienes que hablar de lo que piensas, sientes, quieres, temes, no toleras o sueñas.
Compartir todo esto puede hacer sentir a algunas personas vulnerables, pero la realidad es que en toda relación debe haber confianza y eso efectivamente nos pone vulnerables, pero confiamos en que el otro no usará esa información para lastimarnos.
Que tengan que sacarte las palabras con tirabuzón o que francamente te rehúses a hablar de lo que sientes, porque quizá te enseñaron que eso era ridículo, es de alguna manera dejar que tu pareja navegue a ciegas por la relación sin poder conocerte como realmente eres.
No tener conversaciones con la pareja debilita la intimidad, que es un pilar fundamental en toda relación.
La sensación que esto deja es que eres un extraño o que algo ocultas. La confianza no puede fluir donde hay misterio.

El arte de disculparse: así puedes pedir perdón y quedar como un caballero

Vas a tener que reconocer errores, pedir perdón y perdonar.
En la vida cotidiana, más aún con esto de la sobre convivencia, es natural que haya diferencias, fricciones y que algo que suceda en la relación nos haga sentir enojados o frustrados.
Si no somos capaces de reconocer que nosotros comenzamos o contribuímos a un pleito; que hicimos algo que pudo haber lastimado aún sin querer al otro, será muy difícil que el otro nos comprenda y nos perdone.  Especialmente si lastimar es algo que hacemos de manera recurrente.
También necesitamos escuchar a la pareja, reconocerle que admita sus errores y a veces también perdonar para que pueda darse la relación bajo nuevas reglas que a ambos les den más confianza y certeza.

Vas a necesitar humildad, flexibilidad y adaptabilidad.
Humildad para reconocer que no lo sabes ni lo puedes todo.
Flexibilidad para poder ceder cuando no valga la pena ganar.
Adaptabilidad para que juntos hagan de su relación de pareja un lugar apto para que ambos quieran estar y volver cada día.

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Y aún hay más…
Vas a tener que cuidar al otro, ser amable con el otro, procurar al otro más momentos gratos que ingratos, canalizar de alguna forma tus impulsos agresivos, controladores o demandantes. En suma, hacerte responsable de tu salud mental aprendiendo y desarrollando nuevas habilidades para relacionarte de manera más simétrica con la persona con la quieres estar-

¿Pero todo eso es muy complicado no?
Es probable que te lo parezca si no estás acostumbrado a pensar en el otro y eres alguien que piensa sólo en sí mismo al entrar a una relación.
Cada uno puede pensar que las cosas deben ir fluyendo y que, casi en automático, si uno está a gusto pues el otro también debe estarlo con lo que hay.
La realidad es que muy frecuentemente las personas acuden a terapia con la queja de que la pareja que tienen, o tenían, no pensaba en ellos, no los comprendía o sólo pedía pero no daba mucho.
Pero curiosamente, mientras menos le inviertas menos estarás en disposición de invertirle porque te vas “acomodando” en relaciones más bien cortas o más bien asimétricas donde eres tú quien marca las reglas a costa de lo que el otro quiere o necesita.
En este caso si la relación dura, es porque te encontraste alguien de muy baja autoestima o codependiente que no está contigo porque te quiera, sino porque eres lo menos peor que ha encontrado.

¿Y si de plano no quiero invertirle, pero aún así quiero tener pareja?
Cada uno le invierte a lo que considera que vale la pena invertirle.
Uno le invierte y cuida algo que valora y que le es importante.
Si insistes en tener relaciones libres de mantenimiento, quizá el mensaje que estés enviando es que tú quieres lo que quieres, como lo quieres, cuando lo quieres y el otro te da lo mismo porque no es un alguien, sino un algo para ti.
Es evidente que nadie sano querría estar contigo en esos términos.

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¿Qué hacemos entonces?
Hazte algunas preguntas:
¿Cómo o por qué suelen terminar mis relaciones?
¿Cuál ha sido la principal queja que han tenido mis parejas acerca de mí?
¿Qué cosa me fastidia que mis parejas esperen o necesiten de mi?
Responder estas preguntas con honestidad es como poder mirarte en un espejo y ver mucho de lo que hasta ahora no has querido o no has podido ver.
Si estás en una relación con alguien que no ofrece parte de su tiempo, que no está dispuesto o dispuesta a hacer ajustes para crear juntos una relación mutuamente satisfactoria y que incluso se molesta cuando le pides hablar del tema, deja de perseguirle y presionarle. No va a cambiar porque simplemente considera que no vales la pena.