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Cada año, toneladas de polvo proveniente del desierto del Sahara cruzan el Atlántico y alcanzan diversas regiones de América, incluyendo México.

Este fenómeno natural, generado por intensas corrientes de viento, presenta múltiples efectos en el medio ambiente y la salud pública.

El polvo del Sahara puede afectar significativamente la calidad del aire al introducir partículas en suspensión que contribuyen a la contaminación atmosférica.

Influencia en la formación de huracanes:

Estudios sugieren que el polvo del Sahara puede influir en la formación y fortalecimiento de huracanes en el Atlántico tropical.

Las partículas del polvo pueden interferir con la formación de nubes y reducir la disponibilidad de humedad esencial para el desarrollo de ciclones tropicales, lo que podría tener implicaciones significativas en la temporada de huracanes.

El polvo del Sahara puede afectar la salud humana:

Debido a la composición y tamaño de sus partículas finas.

Aquí se describen algunos de los principales efectos que puede tener:

  • Las partículas finas pueden provocar tos, estornudos y molestias en la garganta.
  • Personas con asma, bronquitis crónica y EPOC pueden experimentar un empeoramiento de sus síntomas.
  • Las partículas pueden causar enrojecimiento, picazón y lagrimeo en los ojos.
  • Personas con piel sensible pueden experimentar irritaciones y erupciones cutáneas.

Precauciones Recomendadas:

Ante la llegada del polvo del Sahara, se recomienda a la población tomar precauciones adicionales, como evitar actividades al aire libre durante los periodos de mayor concentración de polvo, mantener cerradas las ventanas y usar máscaras faciales o pañuelos húmedos para filtrar el aire en caso de exposición prolongada.

Este fenómeno natural, aunque complejo en sus efectos, subraya la interconexión global del clima y la necesidad de monitoreo continuo.