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Después de estar preso por 32 años, reapareció Miguel Ángel Félix Gallardo, fundador del Cártel de Guadalajara, quien por años fue considerado el narcotraficante más importante de México, hoy se encuentra visiblemente enfermo y sus sentidos gravemente deteriorados.

Recluido en un área de máxima seguridad, separado del resto de los reclusos, con 75 años de edad, el “jefe de jefes” fue sacado de la enfermería pues padece neumonía, por lo que lo trasladan en silla de ruedas, teniendo además un brazo roto pues, asegura que no puede caminar bien y se lo rompió al caerse.

En entrevista para la cadena de televisión Telemundo, el excapo mexicano que fue detenido en abril de 1989, declara que su familia está haciendo un hoyo para que sea enterrado bajo un árbol, pues su salud se encuentra severamente deteriorada.

“Mi salud es pésima, mi familia está haciendo un hoyo para yo ser enterrado en un árbol, no tengo pronóstico de vida ninguno, puesto que perdí todo, perdí la sensibilidad, los oídos, los ojos (…) me quitaron ocho hernias, me privaron de la vista, me privaron de los oídos y no puedo caminar”, declaró.

Sentenciado a 40 años de prisión por el asesinato del agente de la DEA, Enrique “el Kiki” Camarena, esta es la primera ocasión que deja ver su rostro y da una entrevista.

Originario de Culiacán, Sinaloa, Miguel Ángel Félix Gallardo, conocido como “El Padrino” o “El Jefe de Jefes”, cuando era joven trabajó en la Policía Judicial del estado como “madrina” es el nombre que se le da a las personas protegidas por agentes policíacos que realizan tareas ilegales en las investigaciones, como torturar detenidos o extorsionar a sus familias.

Desde hace 32 años enfrenta un proceso judicial que no ha terminado. Es el juicio más largo en la historia de México y desde 2004 no se aportó ninguna prueba nueva al juicio.

Diego Osorno, autor del libro “Memorias de un capo”, asegura que la conocida canción de los Tigres del Norte “el jefe de jefes” se compuso en honor de Félix Gallardo, aunque el autor asegura que la canción no le gustaba al narcotraficante.