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Iota llegó este miércoles a El Salvador y poco después se degradó a una depresión tropical, tras sumar al menos 10 muertos en su camino y provocar daños importantes en Nicaragua, donde miles de personas quedaron incomunicadas, sin agua ni luz.

El ciclón amenaza con agravar la situación en zonas de Centroamérica devastadas hace dos semanas por el ciclón Eta.

Iota ha dejado seis muertos en Nicaragua, dos de ellos niños, además de dos fallecidos en el archipiélago colombiano de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, uno en Panamá y otro en El Salvador.

Según el último reporte del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC), Iota se sigue desplazando sobre El Salvador con vientos máximos sostenidos de 55 km/h y se espera que se “disipe más adelante” en la jornada.

En Honduras, el gobierno ordenó el cierre de las principales carreteras del país hasta la mañana de este miércoles ante el riesgo de desbordamiento de ríos.

Iota, que tocó tierra la noche del lunes como huracán categoría 5 (la máxima en la escala Saffir-Simpson), se había degradado ya tormenta tropical el martes.