Indonesia comenzó a provocar lluvias artificiales para evitar grandes incendios forestales que, en la estación seca, desprenden nubes de humo tóxico, una amenaza que podría sumarse a la del coronavirus.
Los incendios del año pasado fueron los peores desde 2015 debido a la sequía. Alrededor de 1,6 millones de hectáreas se quemaron en el archipiélago del sudeste asiático, principalmente en las islas de Sumatra y de Borneo.
En las dos últimas semanas, las autoridades empezaron a utilizar la tecnología de siembra de nubes en la provincia de Riau, antes de extenderla a otros lugares de ambas islas.
El año pasado, los incendios en Sumatra y Borneo produjeron densas nubes de humo tóxico que obligaron a cerrar muchas escuelas y se extendieron a Malasia y Singapur.