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El oeste de Estados Unidos vive una de las olas de calor más intensas e inusuales que se han registrado en los últimos años, situación que ya ha batido algunos récords, incluso antes del inicio del verano.

Tan sólo la semana pasada se registró una temperatura máxima de 51° centígrados en el desierto de Death Valley, ubicado al sureste de California.

En la ciudad de Indio, también en California, se registraron 48° centígrados, con lo que se rompió el récord de calor anterior de 47° en 1922.

El Servicio Meteorológico Nacional estadounidense ha emitido avisos de calor excesivo para cinco estados: California, Nevada, Utah, Arizona y Colorado.