Los franceses deberán presentar una prueba de vacunación o un test COVID-19 negativo para ir a cines, museos o lugares deportivos, como consecuencia de un aumento del 140% de contagios en una semana.
“Estamos en la cuarta ola” de la epidemia, reconoció el Primer Ministro Jean Castex en la cadena televisiva TF1 lanzando “un desafío colectivo” a la población para que “alcancemos ocho millones de vacunaciones” administradas en las dos próximas semanas.
El objetivo del gobierno es alcanzar 50 millones vacunados a fines de agosto y ya no 40 millones, gracias a la apertura de cinco millones de nuevas citas para los próximos “15 días”.