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Mientras hacen frente al aumento de las infecciones, las autoridades de Francia, Gran Bretaña, España y otros países están imponiendo medidas como el uso de mascarillas, contratar a más maestros y colocan nuevos pupitres en masa.

Mientras en Estados Unidos el regreso a las aulas ha estado politizado y es caótico, con una mezcla de normas que cambian rápidamente y críticas al presidente, Donald Trump, en la reapertura, los gobiernos europeos han tenido un panorama más tranquilo.

El primer ministro de Francia prometió el miércoles “hacer todo lo posible” para que la gente regrese a los colegios y a sus puestos de trabajo. Su homólogo británico, Boris Johnson, calificó la reapertura de los centros de “deber moral” y su gobierno amenazó incluso con multar a los padres que dejen a sus hijos en casa. El ministro de Salud de Italia cerró de forma abrupta las discotecas este mes con un objetivo en mente: “reabrir las escuelas en septiembre con total seguridad”.

Por su parte, los expertos médicos dicen que el riesgo de reabrir las escuelas depende de lo propagados que estén los brotes de Covid-19 en esas comunidades y de las medidas de precaución que se tomen.