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La coalición militar liderada por Estados Unidos en Irak ha comunicado este viernes que 11 de sus  soldados resultaron heridos por conmoción cerebral tras el ataque iraní a la base iraquí de Al Asad la semana pasada, en represalia por el asesinato en Bagdad del general Qasem Soleimani,  por un dron estadounidense el 3 de enero. En un primer momento, el Pentágono comunicó que no se habían producido ni muertos ni heridos.

“Si bien ningún miembro del servicio estadounidense murió en el ataque iraní del 8 de enero a la base aérea de Al Asad, varios fueron atendidos por síntomas de conmoción cerebral que les produjo la explosión y todavía están siendo evaluados”, ha explicado el capitán Bill Urban, portavoz del Comando Central de Estados Unidos.

Urban, ha explicado que el tratamiento de estos soldados es un “procedimiento estándar” que se lleva a cabo cuando hay personal cerca de una explosión, para averiguar si se han producido “lesiones cerebrales traumáticas”. Así, “por precaución”, tal y como ha detallado Urban, ocho personas han sido trasladadas al Centro Médico Regional de Landstuhl, en el sur de Alemania, mientras que otras tres han sido evacuadas al campamento Arifja, en la capital de Kuwait