En Detroit, Estados Unidos se construyó el primer tramo de carretera asfaltada del mundo. En el año de 1909, algunos pioneros del motor, tal como Henry Ford, necesitaban poner a prueba sus vehículos, que empezaban a producirse en masa, en calzadas que estuvieran bien pavimentadas.
Así que se les ocurrió echar una gruesa capa de cemento sobre un tramo de la avenida Woodward en Detroit, entre la quinta y sexta milla de su trazado original. Invirtieron $13,500 dólares que incluían $1,000 dólares en ayudas del estado de Michigan.