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En un giro legal impactante en Australia, un tribunal ha comenzado a escuchar el caso contra 14 miembros de la secta religiosa The Saints, incluyendo a los padres de una niña de 8 años, Elizabeth Struhs, fallecida debido a la diabetes tipo 1. La tragedia ocurrió en enero de 2022 en Toowoomba, donde Elizabeth murió tras un prolongado periodo sin recibir tratamiento médico, ya que su familia y la secta optaron por la oración en lugar de la insulina necesaria.

El juicio se desarrolla sin jurado y está a cargo de un juez debido a la complejidad del caso. Los cargos incluyen negligencia, al alegarse que la secta confió en una intervención de Dios en lugar de usar medicamentos para tratar a Elizabeth.

A pesar de las acusaciones, ninguno de los acusados ha solicitado representación legal o libertad bajo fianza en este proceso, que se extenderá por tres meses.

Este caso ha generado un debate sobre la intersección entre creencias religiosas y la atención médica esencial, destacando la tensión entre la libertad de religión y la protección de los derechos de los menores.