Uno de los utensilios que usamos diario para comer, tiene mucha historia y es que, el tenedor llegó a principios del siglo XI a la ciudad de Venecia desde Constantinopla, de la mano de Teodora, hija del emperador de Bizancio. Pero su uso se consideró escandaloso y un “instrumento diabólico” que ofendía a dios.
La forma del tenedor ha estado sujeta a cambios como el de ser de un solo pincho a tener 2, hasta el siglo XVII se generalizó la tercera punta.