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El proyecto ha sido desarrollado de forma conjunta por las universidades de Xiamen (sudeste) y Hong Kong y la compañía biotecnológica pequinesa Wantai.

Expertos citados por la prensa estatal aseguran que finalizar las tres fases de las pruebas llevaría al menos un año aunque, de ser efectiva, la vacuna podría ofrecer una “doble inmunidad” contra el coronavirus causante de la COVID-19 y la gripe.

Los desarrolladores del proyecto esperan que, administrando la vacuna por espray nasal, se reproduzca la vía habitual de contagio de los virus respiratorios e induzca así una respuesta inmune, aunque todavía se desconoce si la protección generada duraría más o menos que si se inyectase.