fbpx

A pocos metros de la lava, miles de curiosos contemplan hipnotizados el espectáculo de la erupción de un volcán en las laderas del monte Fagradalsfjall, cerca de la capital de Islandia.

Los más temerarios asan bombones y salchichas. Se llega al lugar tras hora y media a pie desde una carretera cercana.

La erupción, relativamente pequeña y apacible, comenzó el viernes por la noche a unos 40 km de Reikiavik., y ahora se ha convertido en una atracción turística a pesar de los riesgos.

Cuando se produjo la erupción se prohibió el acceso, después se desaconsejó y desde el sábado por la tarde se toleran las visitas.