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Nicolas Sarkozy compareció este lunes ante un tribunal en París, acusado de corrupción y tráfico de influencias, convirtiéndose en el primer expresidente de Francia en sentarse en el banquillo de los acusados.

El exmandatario, de 65 años, llegó al tribunal de París hacia el medio día, en medio de una nube de periodistas que lo esperaban en la entrada, pero no hizo ninguna declaración.

En la sala de audiencias, Sarkozy saludó a los abogados y a los fiscales, antes de sentarse junto a su amigo y abogado de siempre Thierry Herzog, que comparece junto a él, por los mismos cargos.

Sólo otro presidente francés, el mentor político de Sarkozy, Jacques Chirac, ha tenido que afrontar la justicia después de dejar el cargo, pero debido a su mala salud, Chirac nunca compareció ante la corte en un caso de trabajos falsos por el que fue condenado en 2011 a dos años de cárcel con suspensión de pena.

Sarkozy, presidente de 2007 a 2012 que niega los cargos de los que se le acusa, prometió que se mostrará “combativo” en este juicio. Para el exmandatario, que clama su inocencia, este caso es un “escándalo” que pasará a la historia.

De ser declarado culpable, Sarkozy, que se retiró de la política en 2016, podría ser condenado a una pena de prisión de hasta 10 años y una multa máxima de un millón de euros .