El plan del presidente Donald Trump, de celebrar el Día de la Independencia con festejos en el Monte Rushmore ha generado fuertes críticas de parte de organizaciones nativas que consideran el monumento como una profanación de tierras que les fueron arrebatadas violentamente y utilizadas para rendir homenaje a líderes hostiles.
Varios grupos dirigidos por activistas nativos están organizando protestas para la visita de Trump el 3 de julio, víspera del Día de la Independencia, en su campaña de “remontada” de una nación agobiada por la enfermedad, el desempleo y, últimamente, el malestar social.
El evento de Trump, incluiría un sobrevuelo de aviones de guerra sobre el monumento de 79 años en las Black Hills de Dakota del Sur y una muestra de fuegos artificiales.